sábado, 16 de octubre de 2021

Carmine Coppola en La Habana

 



What the fuck are you doing?!!...”

Así recuerdo la expresión. Eso fue lo que me gritó Carmine Coppola  (padre de F.F. Coppola) en el segundo ensayo de su primer concierto en La Habana al frente de la Sinfónica Nacional de Cuba.*  La presencia de la familia Coppola en Cuba era un acontecimiento en medio de las siempre conflictivas relaciones políticas y de todo tipo (ya duran más de 60 años) entre los gobiernos de EE.UU. y Cuba y viceversa. Por eso el concierto de Coppola padre era casi un asunto de estado. El concierto, enmarcado dentro de las actividades del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, se haría en la sala Avellaneda del llamado Teatro Nacional de Cuba enclavado en la famosa Plaza de la Revolución con todas las facilidades solicitadas por los invitados.

Para este primer concierto de dos horas de duración se hicieron dos ensayos de cuatro horas en dos mañanas seguidas. Como era habitual en la Cuba de entonces, nos enteramos de la música a tocar el mismo día del primer ensayo. En el atril me encontré un libraco grueso y rojo supuestamente con la música en orden de ejecución. Era un como una “suite” en dos partes en forma de “collage” de música de cine compuesta por Carmine Coppola para las películas de su hijo, mezcladas con otras músicas relativas al cine. Naturalmente que empezaba como con una especie de obertura tipo Hollywood.

Sucedió que era necesario un baterista y para eso el director titular de la orquesta, el maestro Duchesne, recomendó a Guillermo Barreto, baterista muy bueno y de amplia experiencia en esos menesteres. Pero resultó que estaba enfermo y entonces vino otro baterista, muy bueno, pero que era muy mal lector a primera vista. Yo, enseguida le advertí al maestro Duchesne que ese baterista, que repito era muy bueno, no iba a poder con el libraco y los saltos de páginas además de los pocos ensayos para tanta música. Tal como lo había pronosticado, el pobre no dio pie con bola durante el primer ensayo. Terminado este, a la salida del edificio veo que el maestro Coppola estaba muy molesto con algunos músicos (entre ellos el baterista) y pedía cambios para el segundo ensayo:

You fix this or tomorrow I'm going fucking California!!! –le oí decir enfadado ante la cara del inspector de la orquesta Mario Gorostiza y del maestro Duchesne. Este viró la cara, me vio a mí y se acercó. ¿Qué hacemos? me preguntó. Yo me encogí de hombros y me cagué porque sabía lo que me venía encima. ¿Podrás hacerlo tú?, me volvió a preguntar. Y yo, que he sido muy atrevido en mi vida profesional y que en aquellos momentos me comía el mundo, me volví loco y le dije que sí. Quedaba solo un ensayo. Volví a entrar en el teatro y cogí la partitura del baterista, le eché una hojeada y me dio la impresión que no era un típico papel de baterista sino más bien de percusión, o sea, bombo caja y platillo. Y de tan atrevido que yo era, también era muy confiado. Entonces dejé la partitura en el teatro. Total, en casa no tenía Batería y después del almuerzo apurado del día iba a tener que seguir trabajando en un conservatorio y no llegaría a casa hasta bien entrada la noche. Así que...mañana sería otro día, pensé.

Al otro día traté de llegar temprano al ensayo, en medio de las dificultades del transporte urbano. Llegué al teatro y armé la batería. El papel que yo había ensayado lo haría otro percusionista de la orquesta. Empezó el ensayo y todo iba bastante bien, entre interrupciones normales e indicaciones del director. Continuaba el maestro su ensayo y AQUÍ es cuando me encuentro con un salto de página de la 88 a la 107, por ejemplo, y lo que seguía no era ni más ni menos que la entrada de tambores de la famosa cabecera de las películas de la 20th Century FOX - Metro-Goldwyn-Mayer:

Rrrran pan... Rrrran pan...Rrrrrrrrrrrrrrrrr...Rrrran pan y las trompetas, tat taratá, etc.

¿Qué pasó? ¿Q U É   P A S O O O Ó? Que cuando el maestro bajo la mano para dar la entrada de tambor el pobre Marquito (menda) todavía estaba pasando la página y nadie tocó y se quedó con las manos sin música, una de las peores cosas que le puede pasar a un director.

Ahí el maestro metió un manotazo en el atril y espetó:

–Where is the fucking drummer?? What the fuck are you doing?!!...”

Déjenme decirles que tal parecía que el que me lo gritaba era el mismísimo "Godfather" de la mafia. Yo me debatía entre la vergüenza propia y ante mis compañeros. Tauro al fin, no sabía si tirarle la silla por la cabeza o...someterme a la ortodoxia de la disciplina colectiva del debido respeto al MAESTRO que mi profesor Aragú me había inculcado. Todo eso en cinco segundos. Al final opté por lo último. Bajé cabeza y le dije:

Excuse me sir. It will not happen again

Gruñó el maestro, bajó la vista a la partitura y continuó el ensayo. Yo sabía que a mí ya no me podría sustituir. ¡No habría más ensayos!

Si le hubiera dicho otra cosa no hubiera podido más levantar la cabeza en Cuba.

Esa noche, llegué al teatro dos horas antes del concierto. Ya en casa había estado revisando bien el dichoso libro. Lo volví a revisar y marqué todas las entradas lo mejor que pude. Felizmente el concierto fue un éxito y no tuve ningún tropiezo. El maestro Duchesne me felicitó.

Un año más tarde tuve la suerte de reivindicarme en mi fuero interno. Volvió a Cuba el maestro Carmine Coppola para dirigir un concierto. Esta vez la música duraba casi cuatro horas porque íbamos a acompañar una película silente: “Napoleón”. La música también era un “collage” entre música propia de C. Coppola y otros compositores. Entre esas partes estaba un fragmento del cuarto movimiento de la Sinfonía Fantástica de Berlioz en donde intervienen dos timpanistas en combinación. En el arreglo de C. Coppola este unió las dos partes de Timpani en una sola. Me tocó tocar ser el timpanista de ese concierto. En el primer ensayo, al terminar el fragmento en el que yo toqué las dos partes sintetizadas en una, paró el ensayo y me miró quitándose las gafas y alzando la ceja del ojo derecho. Me volví a cagar otra vez al sentir la mirada del “Godfather”. Pero acto seguido miró a la orquesta y les dijo:

– ¿Saben una cosa? Normalmente eso lo tocan entre dos timpanistas y él lo ha hecho muy bien. Y con la misma, siguió ensayando.

Y yo les cuento que no era nada difícil. Pero me sentí muy halagado. Nada,...cosas que tiene el oficio.

Marcos M. Valcárcel Gregorio Octubre de 2021.

*ORQUESTA SINFONICA NACIONAL DE CUBA.  Concierto.  Carmine Coppola, director.  La Habana, Teatro Nacional, Sala Avellaneda,  jul. 31, ag. 1, 1987.  

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  50 años y antes que termine el año. (2020)                                De izq. a der: Maestro Guillermo Cortina, Marcos M. Valcárcel, R...