sábado, 18 de marzo de 2023

 
 
Reflexión apurada sobre un reciente programa de entrevistas en TV.

¿Son los músicos de orquesta un rebaño de ovejas?
Rotundamente no. Algunos músicos, sobre todo los que respetablemente quieren tener vuelo propio, no soportan la disciplina de una orquesta y se sienten como ovejas dentro de un rebaño. A mí particularmente me encantaba tocar en la orquesta y disfruté mucho durante los años en que pude hacerlo. Aprendí muchísimo.
¿Son los músicos de orquestas inferiores a otros?
No. Los músicos de orquesta tocan semanalmente muchas obras tan complejas como los mismísimos conciertos para solistas. Las orquestas tocan desde 30 hasta 50 programas distintos en cada temporada mientras que un concertista se concentra en preparar y tocar cada año tres o cuatro programas distintos conformados con obras de su repertorio. Y en una orquesta sinfónica actual se toca casi todo tipo de música y sus músicos están preparados para asumirlas. En las buenas orquestas hay grandísimos músicos con tan altos niveles interpretativos como los que se dedican a la carrera de concertistas. Desde luego, dentro de estos últimos los hay que parecen seres sobrenaturales.
¿Son los directores de orquesta unos payasos?
No, aunque algunos se comporten así. Los directores son necesarios. Son los entrenadores del equipo y proponen su propia versión de las obras a tocar. Vienen siendo un “médium” entre el compositor y el público. La orquesta es su instrumento. En el programa mencionado en el título de esta reflexión, ponen un fragmento de un video (muy mal traído) de Ricardo Mutti en el cual el maestro sarcásticamente habla de “lo fácil que es dirigir una orquesta”.
Sigo. Hay directores de orquesta que no tienen una depurada técnica de dirección, pero tienen sabiduría y controlan el oficio para sacar los trabajos adelante.
Hay otros directores que poseen buena técnica (hay varias) y ahí se quedan y no convencen ni a los músicos ni al público. Yo particularmente alguna vez toqué con uno que, por razones políticas o diplomáticas, nos dirigió, y no sabía ¡NADA DE NADA! Fue una experiencia vergonzosa para el pobre hombre. Afortunadamente cada vez son menos porque el nivel en general ha subido mucho. Y créanme: los músicos somos bastantes intransigentes con los infelices ignorantes que se paran delante de una orquesta. Recordemos que “La ignorancia es atrevida”.
Y finalmente hay directores, los verdaderos “Maestros”, que tienen una excelente técnica de dirección y además lo saben (LO SABEN) absolutamente todo, “de la pe a pa”, acerca de las obras que dirigen, de la historia, de la orquestación, etc., como también la psicología de una masa de sesenta hasta ochenta músicos con opiniones distintas. Antes que directores fueron grandes músicos y seguramente pasaron por el atril de alguna orquesta. Esos son los verdaderos, con una impresionante personalidad, capaces de desentrañar las más difíciles partituras; esos son los que logran la excelencia, los milagros, en las orquestas más modestas.
Marcos Valcárcel Gregorio. Marzo 17, 2023.
 
 

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