LA PRIMERA VEZ QUE ASISTÍ A UN CONCIERTO Y VI A UN PERCUSIONISTA.
MIAMI,
1961.
Lo que recuerdo es que el señor, que iba vestido elegante, con tirantes y pajarita, habló primero un poco de los distintos instrumentos de Percusión que estaban en el escenario, de las baquetas y del tambor (militar), el cual posteriormente se lo colgó de su cuerpo e hizo una demostración de cómo se hacía un redoble abierto, del tipo “ma ma - da da”, con agarre tradicional, (los percusionistas me entienden) o sea, tocando 2 golpes empezando con la derecha seguidos de 2 golpes con la izquierda y así sucesivamente, DD II DD II DD II DD II, etc. acelerando desde muy despacio y poco a poco cogiendo mucha velocidad con las baquetas. A mí me impresionó mucho su habilidad ya que a mis ojos de niño (creo que de todos los niños) era casi un truco de prestidigitador de circo. A los niños nos animó a seguirlo diciendo “ma ma – da da” con la boca, etc. ¡Imagínense el alboroto que se armó entre los niños cuando el golpeteo cogió la velocidad endiablada de un redoble! También me llamaron la atención los diversos “cacharros” percusivos.
A continuación, se puso detrás de un grupo de instrumentos de percusión previamente preparados y tocó una o dos obras acompañado de un pianista. Años después, de mayor, mis recuerdos me llevan a asociarlas con con “The Worried Drummer” (en alemán “Der Pauker In Angsten”) de Adolph Schreiner, que mi padre me hizo oír por primera vez en un LP de Saul Goodman, el timpanista de la Filarmónica de Nueva York, "Mallets, Melody & Mayhem”, (https://www.youtube.com/watch?v=e6e43Kmqiiw) y a continuación algo parecido al “Concierto de Percusión” (versión con Piano) de Darius Milhaud. No lo sé exactamente. De cualquier manera, me gustó mucho la actuación.
Pero, sinceramente, para mí, en aquellos momentos, no me sirvió de inspiración porque no pasaba por mi cabeza que la vida me llevaría a estudiar Percusión ni dedicarme a la música y, además, que llegaría a tocar varios conciertos como solista delante de una orquesta. Mi padre, que años después nos metería en esta maravilla que es la música, en aquel momento en Miami se buscaba la vida como pintor rotulista, pintando vallas de publicidad o cuanta cosa apareciera, y tampoco tenía claro a qué se iban a dedicar sus hijos de mayores.
¿Y a qué viene este escrito entonces? Es que fue el primer concierto al que asistí en mi vida y eso no lo olvidé nunca. Y creo que los otros niños tampoco.
¡Qué casualidad que fue de Percusión!
Marcos M. Valcárcel Gregorio. Agosto 2025.
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