A propósito de los "amigos" en Facebook o Meta.
Facebook, 18 de mayo de 2020.
Al momento de escribir esto tengo 68 años. He vivido 39 años en Cuba y el resto en España. Lean bien esto: He leído y estudiado todo lo que he podido y mi cabeza me ha permitido, mucho más ahora que estoy jubilado y tengo más tiempo. Muchas personas conocidas y una mayoría desconocidas me han pedido amistad en Facebook y me la siguen pidiendo quizá porque soy músico y profesor. Yo también he pedido amistad a todos los amigos conocidos y a muchos desconocidos, sobre todo artistas.
Yo tengo mis propias convicciones políticas. En mi biografía digo que soy “musiquista de centro” pero si alguien quiere saber de verdad, le digo que me siento más identificado con el centro izquierda.
No recuerdo haber atacado nunca a nadie. Muchas veces comparto cosas que considero importantes y no tengo ningún seguimiento. No pasa nada, seguramente solo son importantes para mí. Otras veces, por el solo hecho de compartir, EN MI MURO, algo que me resulte artísticamente o políticamente interesante, empiezo a recibir ataques de toda la militancia contraria. El problema es que, como dice un amigo, le disparan al mensajero.
Me parece que a los 68 de vida, después de haber vivido en dos sociedades distintas, después de haber leído tanto y de todo, nadie me tiene que decir cómo tengo que pensar. Quiero gritarlo a los cuatro vientos: ESTOY ORGULLOSO DE CÓMO PIENSO Y DE MIS CONVICCIONES. En España nunca me he sentido manipulado por nadie. La culpa de todo lo bueno y malo que me ha pasado, tanto en Cuba como en España, no ha sido de nadie, ha sido solo mía.
Pero parece que hay algunos se sienten con el derecho de “guiarme por el buen camino” y darme lecciones de democracia. Claro, en lo que ellos creen como democracia. E incluso de forma grosera. Se creen en posesión de verdades absolutas. Muchos no han leído un libro en su vida. Otros meten el dedo para congraciarse con sus acólitos o conciudadanos. A estos últimos los entiendo. Pero todos esos ya pueden borrarme de sus amigos si no les gusta lo que publico. Conmigo no se van a perder nada.
Yo no escribo en el muro de nadie como no sea para apoyar o alabar sinceramente su trabajo u opinión. No me creo en posesión de ninguna verdad absoluta ni con derecho a decirle a nadie lo que tiene que escribir ni compartir. No trato de convencer a nadie porque me parecería una falta a su inteligencia. Ni a mis hijos. Y si entro en el muro de alguien (muy contadas veces) será para decirle prudentemente, decentemente y correctamente mi opinión. Me equivoco como todos. Y todos los días (léase bien, TODOS LOS DÍAS) consulto con mi almohada mis aciertos y errores, no mis convicciones porque estas son ya profundas. Y muchos amigos míos saben que cuando he tenido que pedir perdón no lo he dudado.
Ya lo digo. El que no le guste lo que comparto o mis opiniones que me borre de sus amigos. No se va a perder nada. No están obligados a estar de acuerdo. Como saben, soy un sencillo músico y profesor con ganas de escribir. Soy extremadamente respetuoso con todos. Discrepar sí, desde el respeto y la decencia aunque sea de broma. Grosería, ninguna. Desde luego, yo también tengo la goma de borrar. Hay demasiados que no son ni mis amigos ni mis conocidos. A otros, a los verdaderos amigos, escritores y artistas, independientemente de sus credos, les tendré siempre mis sinceros respetos.
Cultivo una rosa blanca/En julio como en enero/Para el amigo sincero que me da su mano franca/ Y para el cruel que me arranca/ El corazón con que vivo/ Cardos ni Ortigas cultivo/ Cultivo una rosa blanca. “José Martí”.
Facebook, 18 de mayo de 2020.









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